Rentabilidad y poder: Arreglar las cadenas de suministro de minerales críticos de EE. UU.

Rentabilidad y poder: Arreglar las cadenas de suministro de minerales críticos de EE. UU.

07/04/2025
Ashley Zumwalt
Fuente: AtlanticCouncil.org

Estados Unidos no está perdiendo la carrera mundial por los minerales críticos por falta de recursos, sino porque carece de un modelo financiero que garantice la rentabilidad. A pesar del reconocimiento bipartidista de la importancia estratégica de estos materiales, las políticas estadounidenses no han logrado hacer que esta industria sea económicamente viable.

Sin un camino claro hacia beneficios sostenibles, las inversiones de los contribuyentes y del sector privado corren el riesgo de convertirse en sumideros financieros. Si Estados Unidos quiere asegurar una cadena de suministro resiliente, debe crear un marco financiero que atraiga y retenga capital.

La economía de los minerales críticos

Una cadena de suministro funcional de minerales críticos requiere tres etapas clave: minería, procesamiento intermedio y fabricación posterior. China domina los tres, no porque tenga mejores recursos, sino porque tiene una mejor estrategia económica.

A través de subsidios respaldados por el Estado, China protege a sus empresas de las fuerzas del mercado, permitiéndoles soportar pérdidas en busca de un control a largo plazo. Mientras tanto, Estados Unidos espera que cada actor (mineros, procesadores y fabricantes) sea rentable de forma independiente, lo que genera costos más altos, mayor riesgo y fragilidad sistémica. Si un eslabón de la cadena colapsa, todo el sistema falla.

Este enfoque fracturado desalienta la inversión privada. A diferencia de los mercados grandes y transparentes, como el del petróleo o el cobre, los mercados de minerales críticos son relativamente pequeños, opacos y muy volátiles. Muchos minerales clave se negocian en mercados al contado dominados por China, que puede manipular los precios a voluntad. Si China quiere eliminar la competencia, simplemente inunda el mercado, bajando los precios y haciendo que los proyectos occidentales sean financieramente inviables.

Para liberarse de este ciclo, Estados Unidos debe centrarse no solo en el desarrollo de minas, sino en garantizar que toda la cadena de suministro sea rentable y atractiva para los inversores.

Una estrategia basada en el mercado para competir con China

Estados Unidos tiene los mercados de capitales más fuertes del mundo. En lugar de recurrir a la planificación industrial de arriba hacia abajo, Washington debería tratar al capital privado como un activo estratégico. Con los incentivos ajustados al riesgo adecuados, los mercados de capitales de EE. UU. pueden superar el modelo dirigido por el Estado de China. Para ello, Estados Unidos debería centrarse en cuatro pilares: la construcción de la cadena de suministro específica, el poder de fijación de precios, la reducción del riesgo de inversión y la estabilidad de las políticas.

1. Poner en marcha cadenas de suministro integradas a través de fondos estratégicos

Para acelerar el desarrollo, Estados Unidos debería poner en marcha fondos respaldados por el gobierno y gestionados por el sector privado centrados en la construcción de cadenas de suministro únicas e integradas verticalmente (por ejemplo, una cadena de suministro de antimonio o galio). Estos fondos deben diseñarse con estrictas condiciones de rendimiento: solo reciben incentivos si logran establecer una cadena de suministro de extremo a extremo. Esta estructura asegura la integración cuasi-vertical y obliga a que los acuerdos de compra formen parte del modelo de negocio desde el principio.

2. Aumentar el poder de fijación de precios mediante el aumento de los precios de los productos básicos nacionales para los materiales sensibles

Para reducir la vulnerabilidad a la manipulación del mercado por parte de China, Estados Unidos debe romper con las estructuras de precios artificialmente deprimidas. Esto se puede lograr a través de dos palancas: (a) aranceles selectivos a las importaciones de minerales que se benefician de subsidios injustos y (b) requisitos de abastecimiento interno más estrictos en los sectores de energía limpia y defensa. Al elevar el piso de los precios de las materias primas estadounidenses, estas políticas aislarían a los productores nacionales y harían que las inversiones a largo plazo fueran más viables desde el punto de vista financiero.

3. Reducir el riesgo de inversión a través de garantías a la vista y precios mínimos

La volatilidad de los precios y la incertidumbre siguen siendo los principales factores disuasorios para la inversión privada. Estados Unidos debería implementar mecanismos para estabilizar ambos. Esto podría incluir casas comerciales respaldadas por el gobierno o reservas público-privadas que establezcan precios mínimos para minerales particularmente vulnerables. Los acuerdos de compra a largo plazo, negociados a través de consorcios del sector privado, proporcionarían flujos de ingresos estables que los inversores necesitan.

4. Garantizar la certidumbre de las políticas a largo plazo

El determinante más importante de la inversión privada es la confianza en las reglas del juego. El desarrollo de minerales críticos es un esfuerzo de varias décadas. Si Estados Unidos quiere que los mercados de capitales desempeñen un papel de liderazgo, debe ofrecer estabilidad de política a largo plazo. Eso significa preservar los créditos fiscales, las subvenciones y los programas de préstamos existentes, no solo como estímulo temporal, sino como pilares duraderos del entorno de inversión.

Construir un mercado, no un monopolio

China no solo ha asegurado los recursos minerales, sino que ha construido un sistema financiero que le permite manipular los mercados y suprimir la competencia. Estados Unidos debe construir una alternativa, aprovechando la libre empresa y la innovación como fortalezas. La identificación de depósitos y la apertura de minas, aunque son críticas, no son suficientes. Sin una estrategia financiera que garantice la rentabilidad, Estados Unidos seguirá dependiendo de China para los materiales que impulsan su economía y su seguridad nacional.

Es hora de dejar de tratar los minerales críticos como un simple problema de recursos, y comenzar a tratarlos como la batalla económica que realmente son. La solución no radica en una mayor intervención gubernamental a corto plazo, sino en la estructuración de un mercado que incentive la inversión, garantice la viabilidad financiera y, en última instancia, asegure la posición de Estados Unidos como líder en la carrera de los minerales críticos.