Adaptando la logística a un mundo en constante cambio

Adaptando la logística a un mundo en constante cambio

18/02/2025
Pedro Tierno
Fuente: ElEconomista.es

La regionalización y diversificación de proveedores son ahora prioridades para los negocios.

La geopolítica está transformando el comercio internacional a un ritmo sin precedentes. Desde conflictos regionales hasta guerras comerciales y una pandemia que puso a prueba las cadenas de suministro, el sistema global está evolucionando hacia un modelo más fragmentado y regionalizado. Para las empresas logísticas, este entorno presenta desafíos, pero también enormes oportunidades para liderar la transición hacia un comercio más resiliente, sostenible y conectado.

Durante las últimas décadas, la globalización definió el comercio internacional. La producción se concentraba en ubicaciones estratégicas de bajo costo, y los bienes fluían a través de cadenas de suministro lineales que priorizaban la eficiencia y la reducción de costes. Este modelo impulsó el crecimiento económico global, pero también creó vulnerabilidades significativas. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el Brexit y los cuellos de botella logísticos, como el colapso del Canal de Suez, evidenciaron cómo de frágiles podían ser estas cadenas interconectadas ante perturbaciones inesperadas.

En respuesta, muchas empresas se están planteando sus estrategias de suministro. La regionalización y diversificación de proveedores son ahora prioridades para garantizar la continuidad del negocio. Este cambio está transformando la logística global, obligando a rediseñar rutas, adaptar redes de distribución y trabajar en soluciones más flexibles para cadenas más complejas.

Un fenómeno destacado en esta transformación es el nearshoring, que consiste en trasladar operaciones a países más cercanos al consumidor final. Por ejemplo, México se está consolidando como un actor clave en América del Norte gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), mientras que Europa está viendo una mayor actividad en países del Este como alternativas a los mercados asiáticos. En paralelo, el reshoring, que busca traer la producción de vuelta a los países de origen, también está ganando tracción, especialmente en sectores estratégicos como el farmacéutico y la tecnología.

Para el sector logístico, estas tendencias representan tanto un reto como una oportunidad. Las cadenas más cortas y diversificadas requieren soluciones personalizadas que mantengan los altos estándares de rapidez y eficiencia que los consumidores esperan, pero ahora con una mayor capacidad de adaptarse a cambios repentinos en la oferta o la demanda.

Además de la regionalización, la resiliencia se ha convertido en un pilar fundamental para las cadenas de suministro. La pandemia de COVID-19 fue un recordatorio contundente de que la eficiencia por sí sola no es suficiente. Las empresas necesitan cadenas capaces de absorber shocks, ya sea mediante la diversificación de proveedores, la creación de inventarios estratégicos o la implementación de tecnología avanzada que permita prever y responder a interrupciones. Herramientas como la inteligencia artificial y el análisis de datos predictivos están desempeñando un papel esencial para anticipar riesgos, optimizar operaciones y proporcionar visibilidad en tiempo real en todas las etapas de la cadena.

La sostenibilidad también se encuentra en el centro de esta transformación. Las tensiones geopolíticas, combinadas con regulaciones ambientales más estrictas y las demandas de consumidores conscientes, están acelerando la adopción de prácticas sostenibles en el transporte y la logística. A este desafío se debe hacer frente invirtiendo en soluciones innovadoras, como vehículos eléctricos, combustibles alternativos y la optimización de rutas para reducir las emisiones de carbono. Estos esfuerzos no solo ayudan a proteger el planeta, sino que también refuerzan nuestra capacidad para operar de manera eficiente y responsable en un entorno de crecientes restricciones ambientales. En este contexto, la logística ya no es solo un eslabón en la cadena de suministro, sino un motor de cambio y adaptación. La capacidad de anticiparse y adaptarse no solo determinará el éxito de las empresas logísticas, sino también el de la economía global en su conjunto.

A medida que el comercio internacional avanza hacia un modelo menos globalizado y más regionalizado, las empresas enfrentan decisiones críticas sobre cómo estructurar sus cadenas de suministro para prosperar en esta nueva realidad. La logística será el puente que conecte mercados fragmentados y permita que el comercio fluya, incluso frente a las adversidades.